La piña es una deliciosa y refrescante fruta que se puede consumir de manera natural por rebanadas.
En cualquiera de sus presentaciones su agradable sabor es evidente, sin embargo, otra característica que todos reconocemos de este alimento vegetal es esa peculiar sensación de picazón, ardor u hormigueo en la lengua y mejillas que deja la piña tras consumirla, sobre todo cuando ésta se encuentra al natural.
Al menos en alguna ocasión nos ha tocado escuchar que a ciertas persona no les gusta la piña porque les desagrada la sensación de picazón, enunciando, «es que me escalda mucho la lengua», y prefieren evitar su consumo, mientras que, para algunos otros, aunque el ardor existe, es lo suficientemente leve como para preferir deleitarse con su sabor.
Si bien, el grado de percepción ante esto puede ser diferente para cada persona, es un hecho que la piña produce esta sensación derivado de un componente dentro de ella y aquí te lo explicamos.
El causante de esta sensación se denomina bromelina, ésta es una mezcla compleja de enzimas que se encuentra de manera natural en la piña, su función se específica como “proteolítica”, por lo tanto, tiene la capacidad y el objetivo de digerir a las proteínas, es decir, rompen o degradan a dichas biomoléculas en aminoácidos, que son las unidades que las conforman.
En la piña, la bromelina se encuentra tanto en el fruto como en el tallo y se ha documentado que el objetivo de este complejo enzimático en la planta es el de proporcionar protección en los frutos jóvenes durante su desarrollo, es decir, funge como un sistema de defensa ante plagas o microorganismos.
La bromelina persiste dentro de la piña durante su crecimiento y, cuando nosotros la consumimos, aún está activa, así que, al entrar en contacto con nuestra boca, su función proteolítica es capaz de descomponer las propias proteínas que tenemos en esta cavidad, en particular las que componen a la saliva, como las mucinas.
En realidad, este es un efecto que se produce de manera muy limitada, ya que la cantidad de bromelina no es lo suficientemente grande como para inducir algún tipo de daño real en nuestro boca, sin embargo, tal parece que el efecto de picazón se exacerba derivado de la propia acidez de la piña que, en conjunto, generan esa característica sensación.
Por último, es necesario aclarar que en ningún sentido los componentes de la piña son dañinos para el organismo, de hecho, el complejo de enzimático de la bromelina tiene propiedades terapéuticas con efectos antiinflamatorios, antitrombóticos, fibrinolíticos e incluso se ha determinado que tiene actividad anticancerígena, normalmente, para estos objetivos, se indican suplementos con bromelina en los cuales su concentración es mayor que lo que encontramos en la fruta.
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