Un Camino saludable: cigarro por aire fresco y amor propio
• Descubrir el amor propio le ayudó a dejar el cigarro y el alcohol.
Don Pablo González aún recuerda vívidamente aquellos años de adolescente, cuando tuvo su primer encuentro con el cigarrillo. Salía del colegio en los recreos directo a la pulpería, donde, sin problema alguno, los podía conseguir. Le parecía que los adultos que fumaban se veían extraordinarios, incluido su papá, que era un fumador empedernido. Además, asumía que fumar le ayudaría a crecer y “hacerse hombre”, porque era frecuente escuchar la frase: “Ya está hecho un hombre, ya hasta fuma”, mencionó con ironía.
Al principio fumaba a escondidas de su familia, pero, conforme pasaron los años, fue incorporando más el cigarro a su vida. Al llegar a la universidad, ya con mayor libertad para hacerlo, lo combinaba con el alcohol, pues en ese entonces aún era permitido fumar dentro de los bares y restaurantes. “Yo veía al cigarro como un complemento importante de mi vida; me hacía sentir tan vivo. La sensación de andar con la cajetilla de cigarros en la bolsa de la camisa era indescriptible”, recordó con un tono de culpa.
Además, don Pablo rememora que fumar le daba cierto “caché para el ligue”. Sentía que estar en la barra del bar, fumando y tomando, le brindaba más posibilidades de conquistar a una mujer. Y lo cierto es que, según él percibía entonces, las mujeres también veían con interés a los hombres que fumaban.
Entre los 20 y los 30 años, a pesar de esa vida de fiestas constantes con licor y fumado, don Pablo intentaba mantenerse activo y salía regularmente a “mejenguear”, por lo que no sentía muchos efectos en su salud. Sin embargo, entre los 30 y los 40 años comenzó a notar un deterioro progresivo en su calidad de vida. Por cuestiones de trabajo ya no podía hacer la misma actividad física y, al ejercitarse, lo primero que experimentó fue la pérdida paulatina de su capacidad respiratoria.
EL SUSTO QUE NOS LLEVA A REFLEXIONAR
Don Pablo cuenta que, a pesar de esos primeros efectos en su salud, continuó fumando, hasta que, a sus 42 años, tuvo un evento producido por una subida importante de la presión arterial. Además, presentaba niveles muy altos de colesterol, triglicéridos y ácido úrico. Recuerda cuando el médico le advirtió que debía hacer cambios urgentes en su vida, especialmente dejar de fumar. Señala que no fue fácil, y que fue hasta los 44 años que lo logró, dejando también el licor, pues reconoció que para él eran inseparables.
“Yo veo hoy a los jóvenes que vapean y me recuerdan tanto a mí mismo… Yo pensaba igual que piensan ellos hoy: que nada me iba a pasar, que fumar me daba cierto estilo, me hacía sentir especial. Pienso que vapear es más una moda, una moda que, a lo largo del tiempo, le puede salir muy caro a estos muchachos. Ellos pueden pensar que esto no hace daño, pero ¿para qué esperar a ver los efectos en la salud?”, advirtió.
Hoy, a sus 64 años, don Pablo tiene más de 20 años de no fumar ni tomar. A lo largo del tiempo pudo reflexionar sobre la importancia de tener amor por sí mismo, lo que nos lleva a tomar buenas decisiones para nuestra vida. Por eso, hoy realiza caminatas o senderismo casi todas las semanas, va al gimnasio, trata de comer de forma saludable y continúa trabajando en fortalecer su espiritualidad por medio del contacto con la naturaleza y la ayuda a los demás.
JÓVENES QUE VAPEAN: CONTINÚA EN AUMENTO
En el Día Mundial contra el Fumado y el Vapeo, la doctora Marny Ramos, coordinadora de la Comisión para la Implementación de las Clínicas de Cesación de Tabaco y Vapeo de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), mostró su preocupación ante el aumento sostenido de adolescentes y jóvenes que vapean.
Indicó que, de acuerdo con datos del área de Estadística de la institución, en 2022 se reportaron en el edus un total de 871 consultas de personas entre 10 y 19 años con algún trastorno relacionado con el vapeo. Para 2024, ese mismo grupo registró 2 855 consultas y, al 19 de mayo de 2025, ya se contabilizan 1 175.
Para la especialista, esto refleja que muchos adolescentes y jóvenes aún creen que el vapeo es inofensivo, cuando en realidad puede generar tanto daños físicos como afectaciones a la salud mental. Al usar vapeadores con nicotina, desarrollan adicción a esta sustancia, lo que a su vez provoca ansiedad cuando no la consumen.
Ramos resaltó la importancia de que las personas adultas conversen sobre este tema con los jóvenes, para prevenir el uso de estos dispositivos. Mencionó, además, que la CCSS continúa brindando ayuda a quienes deseen dejar de fumar o vapear, por medio de sus clínicas de cesación, ubicadas en 39 puntos del país, entre hospitales y algunas áreas de salud.
Los requisitos para ingresar a estas clínicas son:
- Querer dejar de fumar o vapear.
- Ser asegurado (si no cuenta con seguro social, puede acudir al IAFA, donde recibirá atención).
- Ser mayor de 18 años. Los menores pueden ser abordados en terapia individual.
INSTITUCIONES SE UNIERON CONTRA EL FUMADO Y EL VAPEO
Este viernes 30 de mayo, la CCSS, el Ministerio de Salud, el IAFA, INCIENSA, Bomberos de Heredia, la Universidad Nacional, el Comité Cantonal de Deporte y Recreación de Heredia, la Municipalidad de Heredia y algunas organizaciones no gubernamentales se unieron en el parque central de la provincia para conmemorar el Día Mundial contra el Fumado y el Vapeo.
Durante la actividad se brindó información general sobre los efectos del fumado y el vapeo, se realizaron pruebas especiales para personas fumadoras, exfumadoras y asmáticas, e incluso se ofreció orientación sobre el uso correcto de medicamentos. Además, se llevaron a cabo actividades lúdicas como bailes, ejercicio físico y música. La jornada también sirvió de marco para vacunar contra la influenza a las personas asistentes.