Puntarenas, otra vez en el foco equivocado de la crítica televisiva
El Chinaoke transmitido en El Chinamo trasladó problemáticas nacionales a escenarios de Puntarenas, con posibles efectos en la percepción turística y la economía local

El Chinaoke transmitido el 16 de diciembre en el programa El Chinamo generó cuestionamientos en Puntarenas al utilizar espacios emblemáticos de la ciudad para representar problemáticas nacionales como inseguridad, altos precios turísticos y deterioro ambiental.
Si bien estos temas forman parte del debate país, su representación localizada en Puntarenas podría generar efectos no deseados, especialmente en el inicio de la temporada alta.
El lugar no es neutro
En comunicación audiovisual, el lugar donde se graba es parte del mensaje.
El Chinaoke recurre al faro, el malecón, la playa urbana y la zona de cruceros para asociarlos con violencia y deterioro. Esa asociación visual, emitida en un espacio de alta audiencia, termina construyendo una percepción que no necesariamente refleja la realidad del distrito primero.
La escena del faro
Una de las imágenes más llamativas del Chinaoke es aquella en la que se observa a una persona con la camisa ensangrentada bailando frente al faro de Puntarenas, mientras una figura que representa a una turista reacciona con gestos de sorpresa y señala el lugar.

Desde el punto de vista de la comunicación visual, el recurso de la sangre remite a violencia extrema y, al colocarse frente a un símbolo turístico de la ciudad, podría sugerir una asociación directa entre ese espacio y el peligro, aun cuando se trate de una exageración propia de la sátira.
Precios altos y deslocalización visual
En otra escena, una turista se escandaliza por el precio de “₡30 mil por dos casados”, una situación comúnmente asociada a zonas turísticas de Guanacaste. Sin embargo, no se muestra ningún espacio real de esa provincia.

La escena fue realizada mediante chroma key, recreando un entorno genérico de playa, sin referencias visuales identificables. Esta decisión contrasta con el tratamiento dado a Puntarenas, cuyos espacios reales sí se utilizan para representar inseguridad y deterioro.
Desde la comunicación audiovisual, esta diferencia no es irrelevante. Mientras ciertos conflictos se deslocalizan visualmente, otros se territorializan con claridad, lo que podría reforzar una asociación negativa específica hacia Puntarenas.
Posibles efectos en el turismo y el empleo
Puntarenas depende en gran medida del turismo nacional y de paso. Una percepción negativa podría desalentar visitas, reducir el consumo local y afectar a quienes trabajan en hoteles, restaurantes, comercio, transporte y servicios turísticos.
Las personas más expuestas a estos posibles efectos son quienes dependen directamente de la actividad turística y de sus encadenamientos económicos.
Responsabilidad mediática
Esta nota no busca acusar ni atribuir intenciones. Plantea un llamado a la responsabilidad mediática.
La crítica social es necesaria. La creatividad también. Pero cuando los mensajes se emiten desde plataformas de alto alcance, la descontextualización territorial puede tener consecuencias reales.
Puntarenas no es el problema del país.
Tampoco debería seguir siendo el escenario fácil donde se proyectan todos sus males.






