A sus 64 años, Don José logra dar vida tras morir
Hija asegura que la decisión le ayudó a superar la pérdida.

El donar órganos es sinónimo de brindar una segunda oportunidad de vida y este fue el caso de don José Alvarado que a la edad de 64 años, se convirtió en esperanza de vida para alguien más gracias a la decisión de donar sus órganos y tejidos.
Para Yerlin Alvarado, la decisión que su madre le había encomendado, si bien no era sencilla, tampoco fue tan difícil, pues los años laborando en las calles como policía le habían enseñado que, en un mundo tan lleno de tragedias y tristezas, la solidaridad y el poder ayudar a los demás son valores fundamentales que pueden hacer la diferencia.
“Uno en las calles ve tantas vidas que se desperdician, ya sea porque se trata de personas que tomaron malas decisiones o el camino equivocado, o porque no tuvieron oportunidades para salir adelante de otra forma, que saber que uno puede cambiarle la vida a otra persona, aunque no sepa ni quién es, se vuelve algo reconfortante, que puede dar consuelo aun en momentos de gran dolor”, expresó Yerlin.
Yerlin cuenta que, tan solo unas semanas después de haber sufrido un golpe en la cabeza, al cual no le dio importancia, don José empezó a experimentar algunos cambios en su estado de ánimo y en su condición de salud, incluida la pérdida del control de esfínteres y de la capacidad motora, lo que le impedía incluso sostener un tenedor. Estos síntomas pronto encendieron las alarmas de que algo no andaba bien. “Todo sucedió tan rápido: de la clínica lo pasaron al hospital de Limón y de ahí al hospital Rafael Ángel Calderón Guardia, donde lo operaron, pero fue una cirugía de la que nunca más iba a despertar”, comenta.
Fue entonces cuando recibieron la llamada del hospital, en la que les informaron sobre el estado de su padre, y comprendieron que don José ya no iba a regresar. Cuando llegaron al centro médico, fueron atendidos por la coordinadora de donación del hospital, quien les explicó la condición en que se encontraba y les habló sobre la posibilidad de donar sus órganos. Yerlin recuerda que su mamá le pidió a ella tomar la decisión, ya que don José no había manifestado en vida su parecer sobre la donación.
En ese momento volvieron con gran fuerza los recuerdos de su padre: aquel hombre grande y generoso que siempre trabajó con empeño. Llegaba a las cinco de la mañana de la escuela donde laboraba como guarda; no se acostaba, sino que se iba a trabajar a otro lugar o se ponía a limpiar la casa. “Era un gran trabajador”, recuerda su hija.
Usted podrá registrar su voluntad de ser donante de órganos y tejidos en puestos ubicados en diferentes hospitales y también en las oficinas centrales de la CCSS.