La Posada del Alivio brinda apoyo a madre de Buenos Aires de Puntarenas
· Eva Rojas es de Buenos Aires, de Puntarenas y tiene un niño con síndrome de Chaos.

El estar en un hospital es muy triste y más cuando uno viene de lugares lejanos e inclusive en algunos casos estas familias deben costear un cuarto para poder asistir a las citas o cuidar a su familiar en algunas situaciones no cuentan con los recursos necesarios y allí aparecen los ángeles que ayudan con amor a estas personas.
La Posada del Alivio brinda apoyo a doña Eva Rojas, vecina de Buenos Aires de Puntarenas y su niño tiene un síndrome de Chaos (El síndrome de obstrucción congénita de la vía aérea superior (CHAOS) es un término que describe una anomalía congénita poco frecuente (presente antes del nacimiento) caracterizada por una obstrucción de la vía aérea) y según los médicos es el único caso de Centroamérica desde hace 10 años viajan hasta el Hospital Nacional de Niños.
Conversamos con doña Eva sobre la experiencia de viajar con su hijo desde Buenos Aires hasta el hospital Nacional de Niños.
‘’ Cuando mi hijo era más pequeño, lo veían en muchas especialidades, a veces teníamos cuatro o cinco citas al mes. En ese tiempo, viajábamos en ambulancia y nos quedábamos con familiares en Cartago. Pero cuando empezó la escuela, en primer grado, se hizo más difícil. Aun así, me quedaba con mi hermana, hasta hace unos dos años y medio, que empecé a usar un albergue. Antes nunca lo había hecho, siempre viajaba en ambulancia o me quedaba con mi hermana’’.
Agregó que cuando le realizaron una cirugía muy grande hace dos años y medio, se quedó en la casa de una señora, pero tenía que ayudar económicamente, porque no iba a quedarse ahí sin aportar nada. Él estuvo internado 15 días, durante este tiempo le dejaba el dinero a la señora.
El albergue es una luz de esperanza
Doña Eva relata que después de la intervención que tuvo debió ser operado más de una vez. En una ocasión, fue internado y la hermana venía desde Cartago a verla y le daba dinero el transporte del bus y la comida y yo aprovechaba para ir a Cartago a bañarme y comer algo, pero se le hacía difícil porque debía darle el pasaje a ella y tenía que pagar el pasaje.
En una ocasión ella escuchó a unas madres sobre el albergue, pero nunca tuvo la iniciativa de usar uno. En ese momento, no contaba donde quedarse y ella en su desaparición pensaba que sería buena idea llamar a su hermana, pero complicado por las largas distancias y le dijeron que fuera a pedir un papel para el albergue y así lo hizo.
‘’Cuando llegó al albergue era como la una o dos de la tarde y les dijo que quería bañarse, y aunque tenían horarios, me dejaron hacerlo. Bañarse lo hace sentir a uno como nuevo. Sinceramente, dormir en el hospital en una silla no es para nada bonito’’. Comentó Rojas a Puntarenas Se Oye sobre la llegada al albergue.
Además, que cuenta que viajaban en ambulancia. En una ocasión, tuvo que ir a buscar a la directora del hospital para que no le quitaran el servicio de ambulancia. Sin embargo, cuando el hijo creció tomó la decisión de viajar el día antes de las citas, porque en la ambulancia debían estar listos a la una de la mañana y pasar por otros pacientes. Además, las ambulancias de antes eran muy incómodas y las rodillas le pegaban por tener una estatura alta.
El albergue a miles de familias de lugares recónditos
La Posada del Alivio como lo dice su nombre es un refugio para las familias que se encuentran en este centro hospitalario y también tiene un alivio no solamente físico sino espiritual.
Rojas comenta que tiene familiares en Cartago, o la vez pasada me quedé en la casa de una señora que mi mamá conoció por teléfono. Si no existiera, tendría que buscar dónde quedarme, especialmente si es una cirugía, porque hay que estar temprano. Si fuera una cita de control, tendría que pedir que fuera en la tarde, ya que el primer bus de aquí a San José llega a las once y media. Imagínese, solo tengo dos años de usar el albergue. Antes, no sé, la verdad.
Además, el albergue es una gran ayuda Después de pasar ocho años quedándome en el hospital o en casa de familiares, tengo dos años de usarlo y es genial. Ahora, si tengo una cita, solo llamo para pedir campo. Sé que voy a llegar y tendré dónde dormir, me dan comida y el trato de las muchachas es excelente.
‘’La última vez que fui, había una mamá que me dijo que se vino así nada más, sin saber si había algún lugar para quedarse. Traía algo de dinero por si tenía que pagar, pero en el hospital la mandaron para el albergue. Admiro mucho a esa muchacha. Yo, cuando tuve a mi hijo, era menor de edad, y solo de pensar en llegar a San José sin saber dónde quedarme, es muy difícil. El albergue es una gran, gran ayuda’’. Rojas expresó su sentir.
El albergue se está haciendo muy pequeño para atender a las familias que como el caso de Doña Eva necesitan un espacio seguro para poder asistir a las citas con sus hijos o inclusive mientras se encuentran en proceso de recuperación.
Aquí pueden aportar su granito de arena para que muchas personas sean beneficiadas con estos ángeles que se encuentran en la tierra.
Las empresas y personas interesadas en apoyar esta causa pueden hacerlo mediante donaciones al SINPE Móvil: 7094-4274.
También a través de las cuentas bancarias de la Asociación Pro-Hospital Nacional de Niños, cédula jurídica 3-002-045191, cuyas cuentas se detallan a continuación:
Cuenta IBAN en colones BAC: CR23010200009447066885.
Cuenta IBAN en dólares BAC: CR39010200009676307570.
También es posible colaborar con la donación de materiales, equipo y/o mobiliario. Puede consultar más información de cómo hacerlo a través del correo laposadadelalivio@parquediversiones.com o al WhatsApp: 7067-2748.